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Extensiones de pestañas ¿Qué son?

Es el tratamiento para realzar la mirada que ha revolucionado a medio mundo. Y no solamente por los resultados, sino por la comodidad de no volver a usar el rimmel (ni tener que borrar esos pegotes que se acumulan en el párpado cada mañana…) o por ese momento diva al levantarte con pestañones hollywoodienses.

Las extensiones de pestañas son la alternativa ideal para las que reniegan de las postizas por aquello del pulso panderetero. Y sobre todo, porque no es cosa de una sola noche sino que podrás lucirlas hasta un mes y rellenar cuando quieras para prolongarlas en el tiempo.

¿En qué consiste?

El tratamiento de extensión de pestañas es lo último para realzar la mirada. Las pestañas naturales suelen componerse de entre 80-100 pestañas (de media). Con las extensiones de pestañas se duplica la cantidad, consiguiendo una mirada mucho más frondosa, intensa y realzada.

¿Qué conseguirás?

Cada tratamiento requiere de un tratamiento personalizado. Es decir, no habrá dos iguales, ya que los profesionales colocan pestañas de diferentes longitudes en función de varias cosas, como por ejemplo, si habitualmente te delineas el ojo de forma prolongada, si no lo haces… Todo eso influirá para diseñar tus extensiones, con las que conseguirás levantar la mirada y no tener que aplicar máscara de pestañas mientras dure.

¿Requieren de cuidados especiales?

No, pero puedes ayudar a que su caída se retrase utilizando desmaquillantes especiales con base acuosa, aplicando un sellante especial (mañana y noche, antes de tu rutina de belleza) y peinándolas cada día con suavidad.

Cuidados para los labios más exigentes

Una de las partes más olvidadas del rostro, en lo que a cuidados se refiere, suelen ser los labios. Sin embargo, son una de las zonas preferidas a la hora de destacarlos con maquillaje. Los labios, además, son una de las primeras partes de nuestro cuerpo que da síntomas de sequedad cuando sufrimos deshidratación. La piel de los labios es muy delicada, por ello, debemos extremar los cuidados para mantener la hidratación siempre a raya y lucir una boca cuidada, jugosa y libre de descamación o grietas. Te contamos cómo cuidar de ellos para lucir una boca bonita y suave.

Cuidados de labios: ¿cómo hidratarlos según la estación?

En la época de frío es importante proteger los labios de las inclemencias del exterior, mediante el empleo de labiales hidratantes que debemos aplicar varias veces al día. Si sueles maquillarte los labios con barras de color cada mañana, intenta que ellas te aporten la hidratación que necesitas, y por la noche, una vez que los desmaquilles, aplica un labial hidratante para que trabaje durante toda las horas de descanso. Así, durante el día podrás lucir un maquillaje de labios impecable y atreverte con los tonos más potentes de la temporada.

Si durante el invierno tus labios tienden a pelarse o incluso agrietarse, comienza a cuidarlos antes de que lleguen los meses más fríos. Mantenlos hidratados, desde dentro bebiendo suficiente agua cada día y desde fuera, con labiales que aporten una buena hidratación.

En verano tampoco podemos olvidarnos de que están sometidos a los efectos indeseables de las radiaciones ultravioleta procedentes del sol, por ello debemos tratar de protegerlos mediante labiales que contengan un factor de protección solar mínimo de 30, así los mantendremos hidratados y evitaremos su exposición al sol.

Por último, evita manipular cualquier lesión que aparezca sobre ellos, como pequeñas heridas debidas a herpes labiales o pieles muertas que se desprendan debido a sequedad intensa. Si dañas la capa más superficial, se inflamarán y empeorarán su aspecto, prolongando su periodo de recuperación.

¿El mejor consejo para unos labios bonitos y cuidados? Beber mucha agua y aplicar labial hidratante de día y de noche durante todo el año.

¡Piel normal o mixta, ¡encuentra las diferencias!

Cómo saber si tienes la piel normal o mixta

Una estrategia para identificar tu tipo de piel consiste en volver a lo natural y eliminar todo rastro de maquillaje y productos usando un limpiador suave. Cuando hayas limpiado tu piel a fondo, sécala dando palmaditas suaves y espera de 20 a 60 minutos. Luego mírate al espejo y analiza cuál de las siguientes opciones te describe mejor:

Piel Mixta

Si después de 30 minutos la piel de tu frente, alrededor de la nariz y el mentón tiene un aspecto grasiento, pero sientes tus mejillas tirantes y secas, es probable que tengas una piel mixta. Puedes verificarlo aplicando un papel absorbente sobre tu rostro. Notarás que la grasa se acumula en la zona T, pero hay menos en las mejillas.

El tipo de piel mixta es común porque alrededor de la zona T hay más glándulas sebáceas. Eso significa que tu piel tendrá una apariencia más grasienta en esa zona, lo cual hará que seas más propensa a desarrollar imperfecciones y tener poros obstruidos. Al contrario, la piel de las mejillas y el resto de la cara puede presentar todos los signos de la piel seca, como una sensación de tensión, aspereza y descamación.

Usa un limpiador y un exfoliante que sirvan para purificar tu piel, de manera que le confieran un aspecto más saludable y sin imperfecciones. Asegúrate de incluir en tu rutina de limpieza un humectante sin aceite para hidratar las zonas más secas de la cara sin obstruir los poros.

Piel Normal

Si tu rostro no parece particularmente seco o graso después de 30 minutos, es probable que tengas un tipo de piel normal. La piel normal generalmente no es grasienta ni tirante, y tampoco es particularmente susceptible a las imperfecciones y el acné. Las personas con una piel normal suelen tener poros pequeños y una tez suave y tersa con un aspecto claro y radiante. Es posible que no necesites esforzarte mucho para mantener tu piel saludable e hidratada, aunque eso no significa que puedas pasar por alto su cuidado, por eso te recomendamos leer nuestro artículo sobre el cuidado facial diario.

La piel normal también puede sufrir debido a las impurezas y la contaminación. Usa un limpiador que elimine al 100% las toxinas y prosigue con una crema hidratante que proteja tu piel de los contaminantes externos. Recuerda que independientemente del tipo de piel que tengas, siempre debes usar un protector solar para evitar los daños causados por el sol.

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